Agustín López


Mi nombre es Agustín López, nací en Buenos Aires el 30 de mayo de 1977 y mi primer contacto con la madera sucedió a los diecisiete años, trabajando en una ebanistería artesanal de Buenos Aires, que ya no existe. Poco tiempo mas tarde, residí varios años en distintos puntos de la Patagonia argentina y chilena, donde trabajé también como técnico agrónomo y conocí allí, a destacados y desconocidos maestros de la cultura tradicional de la madera, para irme sumergiendo, entregándome a ella, para siempre.
Fue a los diecisiete años que, conjugando acero y madera por primera vez, sentí una implosión que en alguna parte de mi cuerpo había dejado, desde ese mismo instante, una pequeña llama, ya imposible de apagar. Llama que, año tras año, igual que un incendio sin remedio, se va apoderando de todo mi ser. Primero, dolorosamente, como un acoso permanente de ideas o imágenes vividas o por vivir, que me reclaman el derecho legítimo de su existencia, en la nobleza humilde de una tabla o la sobriedad adusta de un taco de madera, para luego, hechas realidad, recibir de ellas, la recompensa del sosiego, la paz, la alegría o la pasión que les debo. Y digo dolor también, porque toda obra, como proceso de aprendizaje, es un largo e íntimo padecimiento, una extensa y solitaria batalla de observación, imitación, error, experiencia, paciencia, estudio y cavilación, que nunca se acaba y (peor aun para aquellos orgullosos amantes de la originalidad y la excelencia) que "ni siquiera nos pertenece", ya que forma parte de una altísima pirámide de predecesores, que dejan su obra (jamás concluída) a las generaciones venideras, para que sean ellas las que se eleven sobre la altura de sus hombros, con el único objetivo de extender y seguir el busto de algo que acaso no veremos. Porque en la altura de ese mismo cuerpo, están fundidos todos esos hombres que han sentido, pensado, vivido y por sobre todas las cosas: trabajado, superando los intereses mezquinos y pequeños del ego personal, por aquel enorme y escultural de la solidaridad y la camaradería, en el oficio indisoluble de "trabajar y enseñar", paralelamente. Solo de ellos aprendo. Algunos que he valorado, no solo profesional, sino también humanamente, ya no están. A otros, jamás los he conocido…

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Juan Moreira

Juan Moreira (detalle)

Don Quijote

Enojado

Enojado (detalle)

Si deseas conocer más sobre el trabajo de Agustín, visita su web: http://arteamundo.com/agustinlopez/

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